DESDE MI TUMBITA

sobre santurce y la pornografia cultural


Frieda Medin Ojeda
fmedin1898@yahoo.com

14 de noviembre de 2004


noche lenta
como suero intravenoso
horas rojas retratadas en el reloj digital.

estaciones del rosario
profundidad de campo
(mejoro el panorama cuando cerré el lente)

estamos en los tiempos
del objeto desechable

Las señales estaban ahí desde hace décadas. Algunos las reconocimos y dimos la voz de alerta. No se nos entendió, nuestro vocabulario resultaba ser de mal gusto. Se nos acusó de pesimistas problemáticos, nos convertimos en tabú, se nos desprestigió y se nos censuró. Habíamos despertado de la siesta y los demás querían seguir durmiendo. A mi me enterraron viva; hoy hablo desde la tumba.

Por esos tiempos le preguntaron en inglés a una boricua coronada Srta. Universo, que como estaban las cosas en Puerto Rico. Contestó "Everything's fine in Puerto Rico as it is". Creyó, ingenuamente, que obviaba toda connotación política con su respuesta. Yo respondí con una instalación en la memoria de dicha aseveración. Añadí una "s" a la preposición que antecede al "it" . La reina de belleza vive en Puerto Rico, no dudo que hoy coincida con mi percepción. Ya es ineludible: todos vivimos en un país que no reconocemos. Algunos concluyen que el otro nunca existió.

Desde las limitaciones físicas y económicas que hoy marcan mi cuerpo y camino, me uno a los esfuerzos del grupo Santurce No Se Vende y al Museo del Barrio, la casa de todos. Sus integrantes llevan una lucha extensa, tratando de detener las abusivas expropiaciones en el Barrio de San Mateo de los Cangrejos. Hoy, junto a otras compañeras, me tocó visitar los pocos residentes que quedan alrededor de la calle Antonsanti, al ladito del flamante Museo de Arte de Puerto Rico. Se necesitaba un censo que recogiera la precariedad a la que vidas puertorriqueñas, están siendo reducidas en nombre de la ley. Nos negamos a desentendernos. El gobierno los ha abandonado a un ambiente hostil y desolado que cada día se torna mas amenazante. Vi y escuché escenas terriblemente tristes y peligrosas. Me parece haber estado ante una revelación; metáfora que amenaza en convertirse porvenir para muchos de nosotros.

Les cuento:

Casi todos nacieron, se criaron y envejecieron en Santurce. Fueron productivos mientras el cuerpo se los permitió. Pagaron contribuciones y cuidaron de sus familias. Cumplieron cabalmente con nuestra sociedad. Nunca fueron "comunistas". Hoy viven solos, asustados y les amenaza la pobreza. El sistema los traiciono. Se sienten, y en efecto, están en el aire. El techo que adquirieron con esfuerzo, les ha sido arrebatado en nombre de un falso y perverso "bien común".

Están aturdidos e impotentes ante el destrozo despiadado de la estabilidad económica y emocional para la que trabajaron toda su vida. Su ánimo y salud física se deterioran marcadamente. Son las PRIMERAS víctimas de la supuesta revitalización de Santurce. Se les obliga a entregar sus casas por precios muy por debajo del precio en el mercado. Lo que reciben no alcanza para adquirir ninguna de las ofertas que crea la elitista revitalización en el vecindario que adoran. La paz y seguridad para la que responsablemente trabajaron ha sido sustituida por incertidumbre y terror. La comunidad ha sido despiadadamente desmembrada. Muchos se fueron, temerosos, por las tácticas de presión que sobre ellos ejercieron el gobierno y los desarrolladores. Han sido sentenciados sin cometer delito, y se espera que obedezcan calladamente. Solo se les pide irse a morir a otro lugar, lejos e invisibilizados. En algunos casos tendrán la opción-obligatoria de renunciar a su independencia y refugiarse en uno de los "homes" del patio (lugares mal llevados, donde permitimos que a diario mueran lentamente de tristeza, aburrimiento y maltrato nuestros viejos).

Algunos de los mas jóvenes, guardan la memoria de Adolfina Villanueva. Se expresan decididos a no abandonar sus hogares. Viven aislados unos de los otros, divididos por estructuras que ya han sido abandonadas y son vandalizadas continuamente. A todas horas se ven adictos y delincuentes desmantelando las ventanas, tuberías de cobre, o cualquier cosa que les permita darse el cantazo con que sobrellevan sus trágicas vidas. El agua corre por las calles, desperdiciada. Los residentes expropiados exponen sus vidas enfrentando a los maleantes para ahuyentarlos. Verlos trepando verjas y techos para robar, impresiona y asusta como las ratas. En este barrio fantasma no se puede dormir bien. Llaman a la policía, la policía explica que no puede hacer nada. Uno de los envejecientes vende billetes de noche en un supermercado. Acostumbraba a regresar a las doce de la noche. Ahora, para minimizar el riesgo, pasa la noche sentado en una sillita frente a la puerta del comercio, con sus billetes en la mano, hasta las seis de la mañana que regresa a su hogar. Tiene sobre noventa anos.

Me contaron que en la remodelación del Professional Building, se removieron grandes cantidades de asbesto sin ninguna protección para los obreros, transeúntes o residentes. Se denunció a la prensa. Nunca se publicó.

Hace unos años, cuando residía en la Comunidad de Campo Alegre, Parada 19, nos citaron para presentarnos el Proyecto para la Revitalización de Santurce. Para nada se le pregunto a la comunidad cuáles eran sus necesidades. Se nos informó de lo bonito que iba a lucir Santurce para todos, nosotros incluídos. Se nos aseguró que no nos tendríamos que ir. Que sólo se iban a expropiar estructuras abandonadas por muchos años, y para esto se había enmendado la ley de expropiaciones. Que se iban a construir suficientes unidades de vivienda en Santurce para aquellos que tuviéramos que ser relocalizados. Casi nadie les creyó, unos pocos se lo dejamos saber.

Irónicamente, algunos de los personajes detrás de esta pesadilla, han creado fundaciones y organizaciones de todo tipo, dirigidas al embeleco de "hacer el bien" o promover la cultura. No es necesario matar un vecindario para llenarlo de arte. No es esto una contradicción a la política cultural de arte público en que se han invertido millones de nuestro dinero? Los callejoncitos típicos de Santurce, las casitas bonitas que tanto relatan de nuestra historia, no van a ser restauradas ni respetadas por este proyecto. Los excelentes proyectos comerciales diseñados por algunos de los propietarios, no fueron considerados. Santurce, barrio fundado por nuestros padres negros, ha sido condenado una vez mas a morir patéticamente blanco. Me alegro de no formar parte de esta pornografía cultural. Auguro mucho dolor, al menos que... DESPIERTEN LOS CUERPOS.